Sobre mí
Soy José Manuel Vaz y ayudo a las personas a aumentar su bienestar físico y emocional mediante técnicas manuales naturales. Quiero hablarte un poco sobre mi trayectoria en el mundo del quiromasaje y la osteopatía. Es importante que conozcas a tu terapeuta y tengas la tranquilidad de que tu equilibrio y bienestar está en manos profesionales.
El primer contacto con la osteopatía y el quiromasaje
Mi primer acercamiento al quiromasaje fue en 2007. Ese año comencé mis estudios en la Escuela Udaia de Donostia (actualmente, Lukai Eskola), centro de referencia en la formación en técnicas de masaje.
De la mano de la mano de Javier Bacaicoa, descubrí el potencial de esta terapia manual para aliviar molestias de origen físico y emocional. Decidí continuar mi formación en la misma escuela y realicé el Curso Superior de Masaje Deportivo para profundizar en esta técnica.
En 2010, tuve la oportunidad de poner en práctica mi aprendizaje. Me incorporé como masajista deportivo en el Club Hockey Hielo Txuri Urdin (Donostia). Este trabajo me permitió adquirir una gran experiencia por el tipo de lesiones que se producen en ese deporte.
Durante tres temporadas disfruté mucho del mundo del hockey sobre hielo. Guardo gratos recuerdos de jugadores, entrenadores, directiva y compañeros de profesión, como Leire y Urko. Sobre todo, tengo un especial recuerdo de mi gran amigo y mentor, Javier Bacaicoa, que, desde la distancia, continuó guiándome en aquella aventura.
Compatibilizar tres empleos es prácticamente imposible. Mi trabajo en una fábrica, los masajes y mi puesto de masajista en el club de hockey sobre hielo era demasiado. Dejé el club por agotamiento físico.


Ahondando en las terapias manuales
En 2014, decidí estudiar osteopatía en el Instituto Internacional de Osteopatía Avanzada (Donostia). Fueron tres años muy intensos hasta obtener el título de Graduado en Osteopatía.
El primer curso supuso un cambio muy significativo en la manera de actuar frente a la camilla. Los tratamientos y la forma de entender el cuerpo desde un punto de vista global son completamente diferentes a la forma de interpretar una lesión en el deporte.
A lo largo de la carrera descubrí la osteopatía estructural y aprendí cómo la descompensación en una parte del cuerpo puede generar consecuencias en otra zona. También profundicé en la osteopatía visceral y en la osteopatía cráneo-sacral.
Mientras cursaba el tercer año de osteopatía, decidí que era el momento idóneo para dar el salto profesional y abrir una consulta propia. Con gran ilusión, el 27 de noviembre de 2017 di mi primer masaje en la nueva consulta.
Una consulta propia
Fue un año muy intenso en el que compatibilicé los estudios, mi trabajo en la fábrica y los masajes. A todo esto se sumaba el gran esfuerzo de poner en marcha mi proyecto personal. Pero la ilusión por tener mi propia consulta era mucho más fuerte.
Mi objetivo era dedicarme en exclusiva a la osteopatía ayudando a las personas a recuperar su equilibrio y bienestar con tratamientos de calidad. Así pues, continué estudiando para obtener el título de Doctor en Osteopatía.
En los últimos años he cursado el Segundo Ciclo de Osteopatía, que me ha permitido profundizar en la osteopatía pediátrica y en la osteopatía emocional. Además, he realizado el Curso de Postgrado del Corazón, Vísceras de Cuello y Concepto Osteopático del Sistema Linfático.
Consolidarse como profesional del quiromasaje y la osteopatía no es sencillo. La formación continua es indispensable para que las personas confíen en tus conocimientos.
Osteopatía emocional o cuando el dolor no tiene causa física
La osteopatía emocional trata el cuerpo desde un punto de vista global dando una solución natural a las molestias y trastornos derivados de nuestro estado de ánimo.
La osteopatía emocional fue todo un descubrimiento y lo que dio verdadero sentido a mi profesión. Esta técnica me permite ayudar a mis pacientes a liberar las tensiones emocionales que provocan reacciones físicas dolorosas.
Muchos de mis pacientes refieren dolores crónicos idiopáticos, sin una causa aparente. No existe una lesión física, por lo que la medicina convencional no les ofrece una solución. Sin embargo, el dolor está presente y afecta a su calidad de vida.
El estilo de vida actual y las situaciones personales por las que atraviesan las personas provocan estrés, ansiedad y miedo. Estas emociones repercuten en el organismo y provocan síntomas como contracturas, dolores de espalda, problemas digestivos, tensión mandibular y otras muchas alteraciones.